Volver a la rutina después de las Fiestas Patrias

Las celebraciones del 18 de septiembre son sinónimo de pausa, descanso y alegría. Son días de juntarse con la familia, compartir juegos típicos, disfrutar de las fondas y saborear las comidas que tanto esperamos durante el año. Pero, después de ese ambiente festivo, llega el momento de volver a la rutina… y muchas veces no resulta tan sencillo.
La transición entre las vacaciones dieciocheras y el regreso al día a día puede sentirse pesada, especialmente para los niños. Cambiar las horas de sueño, volver a comer de manera más ordenada y retomar las actividades cotidianas requiere tiempo y paciencia.
¿Cómo hacer más fácil la vuelta a la rutina?
Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para que el regreso sea más llevadero:
1. Retomar los horarios poco a poco
Después de unos días de trasnoche y celebraciones, el cuerpo necesita reajustarse. Lo ideal es ir adelantando la hora de dormir y despertar gradualmente, para que no sea un cambio tan brusco.
2. Volver a comidas más livianas
Los asados y empanadas son parte de la tradición, pero al volver a la rutina, conviene optar por preparaciones más frescas y balanceadas. Esto ayuda a recuperar energía y sentirse más liviano.
3. Preparar con anticipación
Organizar mochilas, uniformes o lo que se necesita para el trabajo la noche anterior puede marcar la diferencia. Así, las mañanas son más tranquilas y menos apuradas.
4. Mantener un recuerdo alegre de las fiestas
Volver a la rutina no significa dejar atrás lo vivido. Conversar con los niños sobre lo que más disfrutaron, imprimir fotos o simplemente revivir anécdotas ayuda a que la transición sea más positiva.
El lado bueno de la rutina
Aunque pueda dar un poco de nostalgia, la rutina también tiene su encanto. El orden y la estabilidad nos permiten sentirnos seguros, descansar mejor y aprovechar mejor el tiempo. Además, los niños vuelven a sus actividades, juegos y aprendizajes, lo que los ayuda a crecer con estructura y confianza.
Volver después de las Fiestas Patrias no tiene por qué ser un desafío. Con pequeños ajustes y mucha paciencia, se puede disfrutar tanto de los buenos recuerdos del 18 como de la tranquilidad de retomar el día a día.